miércoles, 17 de agosto de 2022

Omitir Intro

"La bendición del botón 'Omitir Intro'", "El botón 'Omitir Intro' nos ahorra 2 siglos de tiempo", pero ¿qué nos pasa? Acaso nadie se da cuenta de que estamos tan apurados, tan ocupados, que hasta una introducción, una lectura de créditos o simplemente esperar que termine un capítulo para que empiece el otro ya nos parece una eternidad. ¡Dios mío! ¿Es qué se hizo realidad la película Click? ¿Acaso preferimos vivir en modo  >>?

Pero claro, me siento al sillón pensando que tengo sólo 2 horas para relajarme antes de irme a dormir y mañana volver a la oficina, volver a ver a las mismas personas, las mismas caras, los mismos problemas, las mismas rabietas, y peor aún, las mismas decepciones. Sí, me decepciono de la gente, me decepcionan las personas y su poco intelecto, y como dijo Dalia, "tengo baja estima de la gente". Así que me echo para atrás, escojo algo para ver y mi dedo gordo, en modo automático, apreta el botón "Omitir Intro". Aunque, si lo pienso un poco, quizás todos los que me rodean hacen lo mismo, y por eso ahora no tienen paciencia para llevar una conversación, o peor aún, ni siquiera tienen tema para conversar. Como todos estamos en modo Automático, y todos nos saltamos las introducciones, todos somos tan tontos que mi baja estima por la gente es igual a mi autoestima.

Sí, esas introducciones, esos 2 siglos que nos hemos "ahorrado" como humanidad, se van notando. Imagina esas personas que trabajan en hacer la introducción, o sea, ¡qué trabajo más tedioso!, sólo pensar que nadie ve tu trabajo o quizás no nadie nadie, por ahí hay personas que sí la ven, pero seguro que no la ven siempre. Imagina levantarte temprano y hacer algo que te encanta, dibujar o probar colores o pensar en algo que despierte el interés de la gente. Luego tu jefe te llama para decirte que la introducción está excelente, que le encantó y que sin hacer spoiler, llama la atención y dan ganas de ver la serie. Te vas feliz a casa, mal que mal, tú hiciste lo que te gusta hacer, así que bien. Pero, pasan los meses, se comenta la serie en las redes sociales, los personajes de tu serie se hacen famosos y la trama tiene a miles enganchados, pero nadie tiene pegada la música de introducción, nadie identifica tus dibujos, nadie se enganchó con tu intro, nadie. El mundo se "ahorró" de ver tu trabajo. O sea, quizás hasta tu puesto de trabajo está en peligro, quizás ahora ahora no, pero no veo por qué tener a alguien que hace algo que nadie ve. Si ya logramos ahorrar 2 siglos de tiempo en la humanidad, ahora ya deberíamos "ahorrar" dinero sin tu puesto de trabajo, y sin tus idas al trabajo, hasta podrían reducir las emisiones de CO2 de la empresa para la que trabajas. Piénsalo, ¡es "ahorro"!

Con este "ahorro", nos hemos perdido introducciones emblemáticas, como la que vi ayer de The Big Bang Teory, o sea, la música, las imágenes que pasan rápido y que te hacen pensar en que hay un mensaje subliminal, eso se está "ahorrando" la gente. ¡Qué mugre! Pero bueno, no prometo comenzar a ver todas las introducciones, ni siquiera prometo ver las introducciones hoy, claro, ¿quien soy yo para generar un cambio?, sólo soy un personaje en modo automático apurando la vida... apurando la muerte...

martes, 15 de septiembre de 2015

My Sister

Por alguna razón, he evitado hablar de mi vida personal en mi blog. Pero hoy me siento libre de hacerlo, así que les voy a contar un poquito. Una de las cosas más personales que puedo contarles, es mi relación con mi hermana. Claro, uno de los sentimientos más lindos que podemos tener, es el amor a nuestros hermanos. En mi caso, mis padres me premiaron con la mejor hermana de todas: Loretito.

Antes de que yo naciera, mis padres esperaban un niñito. Mi madre esperaba ponerme Osmán Evaldo, nombre de mi padre y abuelo materno. Doy gracias a Dios por haber nacido niña. En cambio, mi padre quería ponerme Mario, nombre de su hermano menor. Mi mamá se opuso rotundamente y se argumento diciendo que los padres le ponen a sus hijos su nombre, por lo tanto, a mi tío le corresponde tener un hijo que se llame Mario, mientras que a él, un hijo Osmán. Bueno, mi madre no tiene hermanos, así que no entiende a mi papá, no entiende el amor y esa unión que uno tiene con los hermanos. Pero la discusión se acabó cuando nací niña.

Años después, mi tío tuvo su primogénito, un niño, la prueba viviente de que mi mamá se equivoca. Claro, este niño no se llama Mario, se llama Osmán. Mi tío le regaló a su hermano el privilegio de que su primer hijo llevara su nombre.

Me gusta mucho esta historia de mi papá y su hermano. Fueron muy apegados de niños y jóvenes. Y ahora, que ambos tienen sus familias, sus casas, sus vidas, ese amor no se enfría.

Mi hermana ha sido uno de los mejores regalos que me han dado. Aunque cuando niña peleábamos todo el tiempo, también era mi compañera de juegos y mi cómplice en las maldades. Ya más jóvenes, mi hermana era mi yo en una versión mejorada. Salimos a muchas partes juntas, nos guardamos secretos que llevaremos a la tumba y nos protegimos una a la otra.

Supongo que decirle lo que siento no es suficiente, las palabras no se acomodan a lo que quiero expresarle. Quizás, la única manera de decirle lo mucho que la quiero es poniéndole su nombre a una de mis hijas.

lunes, 14 de septiembre de 2015

Chat

Hace unos años, me toco defender el chat en un debate de “Chat v/s Conversación” (face to face, skype o teléfono). Obviamente yo tenía el peor lugar que defender. Cualquiera podría decir, que me enfrenté a una batalla que ya estaba perdida, pero no fue tan así.

Es cierto, que la conversación face to face, skype o teléfono tienen muchas ganadas, especialmente porque con un tono de voz o una expresión facial uno puede reconocer el estado de animo de receptor durante la conversación. Además, es lo que estamos acostumbrados a reconocer. Así que obvio que es más fácil este tipo de comunicación cuando se compara con el Chat. Pero la verdad, es que sólo nos falta conocer el chat y usarlo bien.

No estamos en un debate ahora, y aunque me encanta conversar y expresarme con mi cara y cuerpo, puedo manejar muy bien una conversación por Chat. Puedo reconocer si mi receptor esta inquieto, aburrido, contento, triste e incluso puedo dar un abrazo cibernético. Por su puesto, necesito que mi interlocutor sepa chatear.

Los conocimientos básicos que necesita una persona para chatear, es el conocer el teclado y el orden de las letras. Si el chat es lento, la expresión o sentimiento puede pasar y no ser expresado en la conversación, o puede hacer que la persona piense antes de hablar, cosa que no se da tan fácilmente en una conversación hablada. Así que, si ambas personas escriben rápido en el teclado, la conversación no tendría por qué ser tan diferente a la hablada.

Otra cosa que se necesita para chatear correctamente, es saber usar los emoticons. Estos reflejan nuestras expresiones faciales. Así podemos cambiar un frío “Te extraño” por un triste “Te extraño :(“. Realmente, no puedo concebir la idea de no chatear con emoticons. Enriquecen nuestras oraciones. Así el receptor podrá sentirnos, sin escucharnos ni vernos.

No creo que sean las únicas dos claves para conversar naturalmente por chat como lo hacemos en persona, pero, al menos son las dos más fáciles de llevar a cabo. Y la tercera clave, podría ser: Tener buena ortografía. Al menos al chatear conmigo. Uno podría dejar de sentir lo que el otro nos quiere expresar, sólo con distraernos con su mala redacción u ortografía.

Para los que hemos usado el chat durante años, para aquellos que pasamos de ICQ a MSN Messenger, probamos Skype por la cámara y micrófono, Google Talk por la facilidad de tener nuestros contactos del correo electrónico o nos vimos obligados a usar Messenger de Facebook sólo porque por ahí nos hablan algunos. Aunque, finalmente nos hemos quedado con Whatsapp en vez de Line o Viber. Todos nosotros, la generación del chat, probablemente extrañamos algunos emoticons que nos dio MSN Messenger y que nos han robado las otras aplicaciones, como:
El monito de lentes que se ve súper perno 8-│
El monito rojo enojado :@
El que parece que lo pillaron en algo malo :S
El fiestero <:o)
Y el que yo más extraño, el que usaba para prometer que no se lo contaría a nadie, el monito que tenia un cierre en la boca :-#

Y como olvidarnos del famoso “zumbido”, que despertaba cualquier conversación con su molesto sonido y movimiento de pantalla. Aquí estamos, esperando que pronto resuciten y enriquezcan nuestras cotidianas conversaciones.

viernes, 4 de septiembre de 2015

La Regla

Los hombres han tratado de entender a las mujeres por años o siglos, sin siquiera acercarse a la verdad de nosotras. Aunque para las mujeres, entender a un hombre es sencillo, básicamente porque ellos son sencillos, desde sus pensamientos: básicos, hasta su cuerpo: aún más básico. Les decimos que son el sexo fuerte, sabiendo que en realidad es nuestro cuerpo el que está preparado para ser más fuerte, no sólo por el hecho indudable de tener un hijo, sino por la preparación que hace todos los meses para la gestación y luego eliminar todo ese trabajo en un par de días. Mientras nos retorcemos por dentro y el espejo nos dice que estamos más feas que nunca, seguimos caminando como si nada.

La regla empieza con esos avisos, pequeños dolores abajo de la guatita. Estos nos avisan que es hora de asegurarse de que tenemos todo para recibir la menstruación: toallas higiénicas, calzones apropiados, orégano o manzanilla y cero panoramas. Lo que menos necesitamos es un carrete o siquiera un evento social en que tendremos que poner buena cara. Si podemos quedarnos acostaditas, mucho mejor. Y si podemos contar con la compañía de una buena película, mientras nos acurrucamos al guatero, ya estamos listas.

De toallas higiénicas podríamos hablar un buen rato, nunca nos vamos a poner de acuerdo, por eso hay de tantos tipos y tamaños. Tenemos las sin alas, que de solo imaginarlas, me siento manchada. Las de tela que son suavecitas, pero para mi gusto, un poco inseguras. O las de malla, que me dan un poco de alergia en las piernas. Están las que te dan indicaciones, que te avisas que lado es para adelante, que la primera vez fue fundamental, pero a estas alturas es información de más, aunque… ahí esta uno, leyéndolas.

Bueno, recordando mi primera toalla y mi primera lectura de indicaciones, llegué a mis recuerdos de mi primera regla. La verdad, es que mi primera regla llegó gracias a la primera regla de mi hermana chica. Fue el empujón que necesitaban mis flojos ovarios para ponerse a trabajar, envidiosos de ser los últimos. Se supone que uno esta preparada para la primera regla, pero la verdad es que la toalla higiénica es un poco intimidante. Y los padres con sus abrazos y palabras de felicitaciones no ayudan mucho. Por una parte, estamos contentas de ser mujeres de verdad, pero por otra, todo es confuso. Y si esto es acompañado con charlas sobre hombres, sexo y bebés, todo es aún peor.

Junto con la regla, están las visitas al baño, el lugar más frío de toda la casa. Nuestra temperatura nos dice que no vayamos, pero sentimos la necesidad de ir, simplemente a revisar si todo va bien. Ahora, si estamos con alguna amiga, no podemos dejar de decirle: “Mírame si estoy manchada”. Estar manchadas es lo peor que podría pasarnos. Pero, para el resto, lo peor ya está pasando, seguramente estamos idiotas o sensibles, y no saben llevarnos… De ahí nace todo este cuento de tratar de entendernos…

viernes, 28 de agosto de 2015

Sordos

Para hablar de los sordos, primero tengo que hablar un poquito de mí. Hace un par de temas atrás, cuando hablé de las manos, dije que hablo en señas, pero la verdad es que conozco muy bien la Lengua de Señas Chilenas (LSCH)… Aunque creo que eso me queda chico. No sólo la conozco, la sé, la siento, la vivo. Hablo en señas chilenas como si fuera mi lengua nativa y la adoro. No sólo adoro la lengua en sí, sino que adoro quién soy cuando las uso… No contenta con esto, hace unos años, comencé a estudiar Lengua de Señas Americanas (ASL). Aunque no la manejo bien, sí la entiendo bien.

Aprendí LSCH hace unos 10 años, cuando recibí una invitación a participar en un curso gratuito. Curso, que por lo demás, llegué un año tarde porque me llegó un año tarde la invitación. Así que sólo estuve en dos clases. Pero lo más importante para mi no fueron las clases o la falta de ellas, sino el conocer a los sordos, su cultura, sus sonidos, sus palmetazos, sus abrazos, sus risas, su todo. A diferencia de otras culturas, a los sordos les gusta cuando un oyente comienza a estudiar su lengua… A la larga, somos los oyentes que sabemos señas lo que seremos sus interpretes después. Si la tarea quedara solo en ser intérprete, todo sería más fácil para el oyente, pero después uno termina siendo su voz, su confidente, su mejor amigo, su maestro, su lector de noticias y mucho más. Por eso dicen que los sordos son acaparadores… pero la verdad, es que estamos en un mundo de oyentes, no es su culpa, la culpa es nuestra, como sociedad, de creer que estamos preparados para la integración, cuando mentalmente no lo estamos.

Mientras uno más aprende señas, más conoce su cultura, más entiende sus problemas, más los ama y más sufre. Porque hablar señas va de la mano con ver injusticias, con querer defenderlos, pero ¿de quién? ¿No es acaso, defenderlos de nosotros mismos? Finalmente, los sordos estarían mejor en un país de sólo sordos…

De su cultura, hay muchas cosas escritas bajo el término “sordedad”, término que ellos mismos inventaron. Su cultura está relacionado con su idioma mismo, pero también tiene sentimientos contra los oyentes o inclusos contra los sordo-medio, que son los sordos que hablan.

Otro término de la cultura sorda es CODA (Child Of Deaf Adult), que es la cultura que tienen los hijos oyentes de padres sordos. Porque los coda también tienen una cultura, más que mal, a ellos les ha tocado defender a sus padres, enseñarles, traducirles, y muchas veces, simplemente mentirles para que no sientan mal.

En mis años en este mundo de sordos y sordedad, he conocido un par de matrimonios coda. Hay un matrimonio de coda que vive cerca de mis padres y cuando nos encontramos, siempre hablamos en señas, es que ese es su idioma natural. Pero eso no se ve siempre… o más bien, eso se ve muy pocas veces. En la mayoría de los casos, los coda se van muy jóvenes de la casa de sus padres y se avergüenzan de ellos.

Así que el mundo de los sordos es tan oscuro como el de los ciegos.

Pero no pretendía escribir este tema para deprimirme, sino para contar lo que los sordos me han dado, razón por la que los tengo presentes siempre.

Todas los sordos, interpretes, familiares de sordos y personas famosas tenemos una seña, un apodo, una manera en que nos identifican. Mi seña significa “no me importa”. Al principio era por mi pelo, pero luego el gesto se fue deformando. Por más que me esforzaba para que los sordos lo hicieran bien, simplemente cambio completamente el significado original. Cuando pregunté por qué mi seña la hacían como “no me importa”, me dijeron que cada vez que me molestaban, a mi me daba igual, todo me resbalaba, nada me importaba. Trate de defenderme, diciendo que no era verdad, pero no valió la pena. Sencillamente soy “no me importa”. A algunas personas le ponen una seña por algún defecto que tengan, si son pelados, esa será su seña. Así que por lo general las señas son de orejas, de lunares, de cortes de pelo, de color de pelo, de dientes, etc. Otros son de personalidad, como el mío. Otros son de profesiones, oficios o trabajos que hace la persona. La cosa es buscar algo que haga a esa persona diferente al resto.

Me impresiona que hablando un idioma que no era el mío, fueron capaces de saber quién era… No es verdad que todo me da lo mismo, pero es verdad, que minimizo algunas cosas, especialmente las cosas tontas. Así que ahora me siento completamente identificada con mi apodo.

La lengua de señas no tiene eufemismos y eso también enriquece mi forma de percibir el medio. Por ejemplo, si quiero contar una noticia, donde un chico de 16 años se suicido, en señas tendría que explicar cómo lo hizo. Podría decir “un joven de 16 años se ahorcó” o “un joven de 16 años se cortó las venas”, etc. No hay manera de minimizar lo que realmente ocurrió. Y cuando uno tiene que explicar esas cosas, uno tiene que hacer toda la mímica de poner una cuerda, hacer un nudo, poner la cabeza en el centro y luego cerrar los ojos y sacar la lengua. Sin eufemismos la cosa es más escalofriante. Aunque parezca que eso es malo, no lo es, porque el sufrimiento de otro se vive, se siente y eso nos enriquece como seres humanos.

La lengua de señas es rica en sentimientos, por eso muchas veces las prefiero para contar algo. Cuando las lágrimas no te dejan contar algo, las manos sí te lo permiten. Lo mismo cuando uno está tan feliz por algo. Como el español tiene tantos eufemismos, no siempre se puede explicar algo como uno lo ve, entonces uno se pone a hacer señas, mostrar alguna foto, indicar a alguien o simplemente terminar diciendo: “Es cierto, si quieres pregúntale a él”. Pero en señas no se necesita de otra persona para poder explicar algo grandioso, se dice y listo, todos se emocionan contigo. ¡Amo las señas!

Aunque este tema se llama “Sordos”, debo reconocer que se me ha pasado la mano hablando de su idioma, pero el idioma crea la cultura, por eso no es menor. Un sordo que no usa las señas, no tiene la cultura de sordo, no hay sordedad. Nuestro idioma nos forma, como las señas forman a los sordos. Razón por la que los sordos del mundo tienen la misma personalidad.

La personalidad del sordo es tan rica como su idioma. Como ya dije, los sordos son dependientes de los oyentes que los entienden, así que siempre se unirán a uno como una lapa. Además son generosos y podrían darnos el pan que tienen en las manos, sólo para mostrar gratitud o simplemente cariño. Pero lo que más me gusta de ellos, es su imaginación.

A la edad de 4 años, cuando todos pasamos por la época del “¿Por qué?” el sordo también la vive, la gran diferencia es que nuestros pacientes padres nos responden, mientras que el niño sordo ni siquiera sabe armar esa pregunta en señas y menos sus padres saben siquiera que el hijo el sordo. Entonces, ¿quién responde a sus interrogantes? Su imaginación. Si le preguntas a un sordo ¿Qué son las estrellas? Podrías enamorarte de su respuesta. ¿Por qué el cielo es azul? Fascinante. En esa exquisita imaginación, imaginan que les dijiste que hoy irías a su casa a las 17hrs. Entonces te espera y tú no llegas. La siguiente vez que se vean, sin dudar, te hará saber que te estuvo esperando. Y la verdad, es que no hay manera de convencerlo que tú nunca dijiste eso. Esa es su realidad, aunque para ti sea sólo su imaginación.

Algo que también adoro de los sordos es su sinceridad, quizás también tiene que ver con que su idioma no permite los eufemismos. Ellos podrían decirte que tal persona dijo algo malo de ti. Podrían decirte que estás más gorda que la última vez que te vio. Pueden decirte que estás más vieja. No tienen rodeos en decirte que vio a tu pareja con otra persona, etc. No lo hacen para hacerte daño, lo hacen porque son sinceros, porque siempre dicen la verdad. Por eso, cuando ellos mismos se equivocan, lo dicen abiertamente y piden perdón de corazón. Aunque el dicho “no tienen pelos en la lengua” está hecho para oyentes, nos queda grande a todos, menos a los sordos.

Si tuviera otra vida, una segunda oportunidad de hacer las cosas, volvería a meterme en el mundo de los sordos. Aunque pensé que mejoraría sus vidas, terminé yo enriqueciendo la mía. 

viernes, 21 de agosto de 2015

Verano

En vista del diluvio que estamos viviendo en este momento, no puedo más que pensar en que pronto será Septiembre y con eso el verano se nos viene encima.

Añoro esos días de sol, de calor, de bloqueador con olor a coco o a cualquier fruta de verano. Extraño mis poleras (o remeras), mis short, mis faldas cortas, pero más extraño mi traje de baño y nadar… simplemente nadar.

¿Nadar? ¿Traje de baño? ¿Así como estoy? ¡Antes muerta!

¡Chupalla! ¡Se viene el verano! Con eso se vienen las dietas, los ejercicios y básicamente, se viene el hambre.

Lo único bueno que tiene el hambre y las dietas, son la leche cultivada y el yogurt Diet. ¡Eso sí que me encanta! Por alguna razón, los venden tan bien en la TV que uno termina creyendo el cuento de que sin esos yogures seguiremos gordas. Y lo más gracioso es que te convencen que tienes “transito lento”. No sé ustedes, pero el resto del año, yo no sufro de transito lento, pero en el verano, siento que sin uno de esos yogurt, no podré ir al baño. No importa cuál sea la marca del yogurt, siempre se nos habla de lo tanto que nos cuesta ir al baño… Como si esa fuese la razón de estar gordas… Aparte que ponen a unas raquíticas, que aunque acumularan caca, ni se les notaria.

Con las dietas también vienen los cereales en la mañana, donde tenemos que dejar el chocapic, por cereales sin azúcar, sin brillo y sin sabor. Esos cereales que uno no quiere ni probar, pero que en el supermercado se los regalan a todas las gorditas… o sea, llevo años recibiendo esas bolsitas.

¿Y cómo vamos a hacer dieta sin una botella de agua en la mano? Eso sí que es patético. Creer que por hacer harto pipi uno va a adelgazar. Y tan tonta que se ve la gente con una botella en la mano. Peor si la botella es de alguna bebida energizante o un agua hidratante, súper cara, que uno se termina comprando por la botella. Y no te vayas a olvidar, que lo más importante de la botella no es la calidad del plástico, sino el pituto que tiene en la boca, porque la tapa rosca ya pasó de moda.

Bueno, igual no más que voy a hacer dieta si quiero ir a nadar a un lugar público o con algún conocido o amigo. Recibiré de buena gana los cereales que me den y los voy a mezclar con el yogurt de transito lento. Y ya tengo lista mi botella de agua, de medio litro y de agua hidratante… no soy más que el resultado del molde de gorda preocupada por el verano…

martes, 18 de agosto de 2015

Preguntas

A medida que empezamos a hablar, empezamos a hacer preguntas. Hay una edad en que cualquier oración puede ser amenazada con la pregunta “¿Por qué?” Los padres se las ingenian para respondernos, pero sin importar lo inteligente que sea la respuesta, esta es amenazada una vez más. Es cuando nos preguntamos ¿Por qué el cielo es azul? ¿De dónde vienen los bebés? ¿Qué son las estrellas? ¿De dónde sale tanta agua al llover? Preguntas que nos ayudaron a aprender.

Después, está la edad en que ya no queremos preguntar. Es aquí cuando los padres te dicen: “No existen las preguntas tontas”. Tratan de convencerte de que si no entiendes algo, es fundamental que preguntes a tu profesor y te prometen que nunca quedarás como un tonto. Si te convencen de eso, pronto te desconvenceras.

Obvio que hay preguntas tontas y obvio que uno queda como tonto si las hace. Por ejemplo, cuando uno no entiende una talla. Al principio uno hace como que no escucho y por eso no se ríe. Entonces alguien te repite y sigues sin reír. Buscas una nueva excusa, pero no te queda otra que preguntar ¿Por qué se ríen? Ahora, ya nadie se ríe del chiste, ahora todos se ríen de ti.

También pueden considerarse como preguntas tontas: ¿estás aquí?, ¿ya llegaste?, ¿tienes baño?, ¿me das agua?, ¿tienes frío?, ¿tienes calor? Obviamente estas preguntas son tontas en algunos contextos. Porque es obvio que estoy aquí si me estas viendo, llegué. Baño tengo y el agua no se le niega a nadie. Ahora, si estoy tiritando o con los labios morados, es porque tengo frío. Y si se me hinchan los dedos, estoy roja y transpirando, es porque tengo calor.

También existen las preguntas que hacemos solo de muletilla, como por respeto, como el famoso: “¿Cómo estas?” En realidad, no es que la pregunta sea tonta, sino que la respuesta es la tonta. Porque, si no hay confianza, la respuesta siempre será “bien”. Ahora, aunque a veces sí hay confianza, la respuesta es la misma simplemente para no preocupar al resto. Pero lo más patético es cuando uno hace la pregunta, y sin esperar la pregunta de vuelta, uno ya respondió “bien también”. Es vergonzoso para uno, porque a nadie le importa como estas. Pero también deja al otro mal, porque claramente no tiene modales. ¡Que cosa más incomoda!

Con todo, supongo que sin preguntas casi no habría dialogo. No habría debates. Y las únicas personas que podríamos conocer son las autorreferente, las que no se callan nunca, las que escriben blog o las demasiado extrovertidas. ¿Cuál es la gracia?

Las preguntas bien pensadas son el principio de una buena conversación, el principio de una buena amistad, incluso puede ser el principio de reconocer una debilidad y una oportunidad para cambiar.

¿O es muy tonto lo que estoy diciendo?