miércoles, 5 de agosto de 2015

Amigos

El sábado me preguntaron “¿Cuántos amigos tienes?” Debo reconocer que la pregunta me hizo sentir súper bien, pensé “Tengo muchos amigos, me faltan dedos en las manos”. Entonces me preguntaron “¿Cuántos de esos son buenos amigos?” Mi primera respuesta fue: “Todos”. Porque ¿para que voy a tener amigos, si no son buenos amigos? Entonces me puse a pensar en lo que realmente querían preguntarme. ¿Qué significa realmente se un buen amigo?

Para los Enanitos Verdes, “los amigos son una luz, brillando en la oscuridad”. Obviamente tienen que estar hablando en sentido figurado, por lo que luz no es luz y oscuridad no es oscuridad. Porque no me imagino a un amigo brillando, así como Mr. Burns, en ese capitulo de Los Simpsons, donde le dan una dosis de algo para seguir viviendo. La oscuridad tiene que ser un problema, donde todo se ve negro. En esos momentos, los amigos resultan ser una luz brillando, no para sacarnos de la oscuridad, sino para iluminarnos, para ayudarnos a ver una salida, o al menos, ayudarnos a no estar tan solos, a no tenerle miedo.

De todos los amigos que tengo, de todos los buenos amigos que tengo, esos que he hecho en este largo camino que llamamos vida, ¿Cuántos brillaran en la oscuridad? Aquí no puedo echarle la culpa a los amigos de no estar cuando veo todo negro, supongo que aprovecho esa oscuridad para escribir, como el día de hoy. Claro, mis amigos no brillan, porque yo no les doy el espacio, ni siquiera les informo donde estoy parada hoy, no me abro. Aunque el sabio puede sacar los pensamientos del corazón, independiente de lo profundas que sean sus aguas. Pero no puedo pretender que todos mis amigos sean sabios, ni puedo pretender que todos mis buenos amigos sean buenos nadadores y la verdad, es que tampoco deseo que todos se tiren al agua. Supongo que uno tiene amigos para cada día, algunos son para reír, algunos son para ayudar, algunos son para escuchar, algunos son para aconsejar, algunos son para un asado, algunos son para un café, algunos son para caminar bajo la lluvia, algunos para comer un collac, etc. Ni siquiera sé si tengo algún amigo que sepa siquiera nadar, menos que haga apnea.

Supongamos que tengo una enfermedad grave, grave grave. El doctor me ha informado que me voy a morir, ¿Qué haría? Supongo que lo pondría en Facebook, tomaría mi mochila y saldría a verlos a todos para despedirme. Estoy segura que puedo contar con todos, trataran de brillar para mí.

Ahora supongamos que estoy en la oscuridad por una conversación con mi esposo, con mi hermana, o con alguno de mis padres. ¿Qué haría? En este caso, no podría hacerlo tan publico, porque no me gustaría dejarlos mal con mis amigos. No me gustaría que se enojaran con alguno de ellos. Entonces, simplemente me guardaría. Evitaría las lágrimas y le bajaría el perfil. No dejaría de contarlo a un buen nadador, me abriría un poco, solo para que no se ahogue en el intento, pero no podría dejar salir todo lo que tengo. Para ser una persona tan extrovertida, soy una persona introvertida.

Los buenos amigos son como un trago. Algunos son para compartir después de un tenso día, como una copa de vino. Sin nada para picar, simplemente una copa de vino. Esos son los amigos con los que uno se puede desahogar por las cosas del día. Una segunda copa para acompañar algo de comida, y una tercera sólo para terminar la botella. Cada uno para su casa y a dormir.

Otros amigos son como una cerveza helada. Estos son los amigos del día, de cuando hace calor, y lo que único que queremos es reírnos. Aunque la cerveza pueda provocar alguna conversación de sentimientos, en general es para reírse de uno mismo. Si acompañamos la cerveza con un poco de carne, entonces hablaremos de eso.

También están los amigos que son como un trago dulce, comienzas a tomarlo, sintiendo un exquisito sabor, y por el dulcecito te vas al segundo vaso. Las conversaciones con estos amigos son así, de menos a más, lentamente. Estos amigos son los que tenemos que poner al día con nuestra vida. Mientras elegimos qué decir, tratando de decir cosas positivas para que no se preocupe, nos hace una pregunta de la que no podemos salir. Comenzamos a abrirnos, lentamente, y vamos por el tercero. Esas conversaciones que nos lavan el cerebro, y que de alguna manera nos mejora. Esas conversaciones en que el trago se hace más dulce y el amigo se hace mejor amigo.

Y por supuesto que existen esos amigos como un trago amargo, como un whisky o un caipiriña. Esos amigos con los que conversamos cosas inteligentes como política, una charla TEC, las estrellas, las fotos del plutón o alguna noticia. Conversación que también nos entretiene y nos ayuda a saber que tan inteligentes son nuestros amigos y que tan profundas son sus lecturas.

Aunque mis tragos favoritos son los que tienen una rutina, como los golpeaditos o como donde tienes que tomar un trago si pierdes en algún juego o simplemente porque naciste en Enero, tienes que pararte, cantar, y tomar una copa. Esos son los amigos con los que envejecerás. Esos son los amigos que se quedan a alojar en tu casa, aun sabiendo que no tienes camas. Aquellos que se levantan temprano a ventilar la casa, sacar la basura y preparar el desayuno. Esos son los buenos amigos. No importa que no sepan todos tus problemas, no importa que no hayan brillado en la oscuridad. Los buenos recuerdos te acompañaran siempre. Ellos son la luz que brilla cuado tú también brillas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario