Para entrar
en algún círculo de gente, uno debe cambiar. Para ser “pelolais” hay que tener
el pelo largo, liso, ser buena para comprar, tener iPhone, no pegarle mucho a
la tecnología, comer ensalada César, sushi y blue chesse, además de tener un
proveedor para tu Visa. Aparte de las lucas, parece fácil poder encajar. Para
ser “nerd”, tienes que usar lentes, tener el pelo chascón, saber mucho de tecnología,
leer paper, blog y Twister, jugar cartas Magic o similares y por su puesto, haber
visto y disfrutado La Guerra de las Galaxias, Volver al Futuro y Star Trek.
Tampoco es tan difícil entrar, no son un grupo cerrado y cada vez es más
numeroso.
Paolo
Meneguzzi dice “Por una como tu, cambiare de veras. Por una como tu, sabes que
lo haré”. ¿Realmente existe alguien que sea capaz de enamorarse de una persona
que cambió por uno? Acaso ¿no sería mejor, enamorarse de una persona real,
autentica y que en esencia sea lo que necesitamos? Supongamos que esta persona realmente
cambia por uno, entonces todo perfecto, somos tal para cual, la media naranja
que dudábamos que existiera, todo lo que soñamos. Pero, y si algún día,
apareciera una persona que gusta de él tal como es, sin ese disfraz de mi media
naranja ¿Qué haría? Y yo, ¿Qué hago? ¿Me quedo con su disfraz colgado en mi
closet, esperando que a otro le quede bien?
Mejor,
oponerse a la Matrix de encajar en los círculos y ser natural. Seguro alguien también
salió de su caparazón y está listo para mí. Claro, yo pienso que uno no está
predestinado a estar con alguien, yo creo que nos preparamos para alguien. Creo
que el camino por el que andamos nos forma, nos va creando, va creando mi
personalidad. Mientras él, camina preparándose para mí, creándose para mí. Sin
adaptaciones ni cambios, sólo madurez y experiencia, errores y logros, que no
lo hacen mi príncipe azul, lo hacen mi complemento perfecto.
¿Estoy
lista para salir de mi caparazón?
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