jueves, 9 de julio de 2015

Jaquecas

Soy una persona jaquecosa, desde los 13 años, edad en que me llegó la menstruación. Como mi papá y mi abuela paterna padecen de jaqueca, entonces me mandaron medio Migranol a la boca y fin del problema… al menos eso pensábamos. Con el paso del tiempo, me he hecho adicta a Migranol, Migratan o “lo más barato que se le parezca” como digo en la farmacia.

Mis migrañas son de distintos tipos, depende del ánimo, los problemas, el sol, la luna y casi cualquier cosa que pueda provocarlas.

Tengo migrañas sin aura, es decir, no veo cosas raras. Estas jaquecas son en un lado de la cabeza, generalmente en el sector derecho, aunque también tengo en el sector izquierdo. Yo siempre he dicho que mis jaquecas van bajando, porque después me toman el ojo y la mandíbula, del mismo lado. De este mismo tipo de migrañas, tengo la pulsátil, donde siento el latido de mi corazón, y estas son más invalidantes.

También tengo las migrañas con aura, que es cuando veo cosas raras, como una nubecita sobre las cosas, que se mueve conmigo. Lo peor de esto es que me afecta mi punto ciego y con el ojo derecho siento que cada vez veo menos. Grandes pintores  y escritores han aprovechado sus episodios de migrañas para describir eventos fantásticos o alteraciones visuales.

Por ser jaquecosa odio los silbidos, los tarareos, la luz fuerte, los olores ácidos, los olores de perfumes baratos, el humo, el olor a bencina y casi cualquier mal olor. Así que casi cualquier cosa que haga el resto me afecta para mal. Y como no puedo pelear con el sol, siempre me verán con lentes de sol. Uso perfumes dulces, y nada en exceso. Y si alguien está hablando muy chillón o silbando, muchas veces lo hago callar. Si puedo evitar a alguien chillón, como la cajera del Unimarc, lo hago.

La solución a mi problema es vomitar, pero no siempre lo logro. Aunque ya me hice experta poniendo mis dedos en la boca, no siempre es el mejor lugar para hacerlo. Además, el ruido espanta al resto. Aunque al principio es lo peor, sé que después estaré bien, siento que me baja la presión y comienzo a ser yo otra vez.

Como llevo muchos años en esto, y tengo jaqueca una vez por semana como mínimo, he tratado de vivir con mi problema y seguir en mi rutina. Pero, otras veces, mi sonrisa desaparece, me apago. Y los pensamientos negativos me atacan. Lamentablemente, deseo la muerte.

Se me parte el corazón recordar la primera vez que dije en voz alta “quiero morir”. Claro, el resto se desespera y comienzan a decirte lo bien que les haces y que no harían nada sin ti. Pero eso no importa, los sentimientos están dominados por la cabeza, y como la cabeza está mala, no se puede sentir nada, ni bueno ni malo.

¿Cómo ayudarme? Principalmente no decirme tonteras.
- “Yo creo que te falta tomar agua”- Como la jaquecosa soy yo, créanme cuando les digo que yo tomo agua, todos los días, de la llave. Además tomó jugo de limón siempre que tengo que salir varias horas, para prevenir.
- “¿No será el queso?”- Yo sé que el queso me hace mal y lo evito todo lo que puedo, pero a veces lo deseo. Si como queso es porque a sabiendas comí y no puedo arrepentirme ahora, no hay nada que hacer, lo hecho hecho está. Lo mismo con el vino y chocolates.
- “Deberías ir al doctor”- ¿Realmente creen que no lo he intentado?
- “No tomes Migratan”- Es realmente mi última opción, entiendo que podría tener un aneurisma en el futuro, pero si no paso el presente nunca tendré futuro.

Para mi próxima jaqueca, trataré de escribir algo fantástico, aunque creo que la luz del monitor me va a hacer peor…

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