Este libro
es uno de los que te hacen leer de niños, pero que logras entenderlo y amarlo
ya de grande.
Juan Salvador de apellido Gaviota, es una gaviota que ama volar. Mientras el resto de sus pares vuela solo para alcanzar su comida, Juan Salvador lo hace por entretención. No le basta con solo planear, él siempre desea ir un poco más alto.
Los padres
de Juan Salvador no pueden comprenderlo y aunque tratan de ocultar los gustos
de su hijo, finalmente pierden toda posibilidad de mantenerlo junto a ellos. Es
una decepción para la familia. Al parecer, Juan Salvador quiere ser otro pájaro,
y no una simple gaviota. Por eso, es expulsado.
¿Acaso no
somos expulsados de un circulo para entrar a otro? Cada vez que queremos hacer
algo diferente, hacer algo medio loco para los pares, cada vez que queremos
volar alto, somos expulsados. Tal como Juan Salvador, al ser expulsado, solo quería
llorar, se sentía solo. Pero, sin saberlo, en el mundo de los expulsados había
otros grandes voladores, encontró a sus nuevos pares, esta vez, pares de
verdad, pares con las mismas metas y gustos. Encontró su verdadero círculo, sus
amigos que lo acompañarían en esta nueva etapa de la vida.
Bueno… para
volar un poco más alto, a veces incluso tienes que dejar a los padres. Ellos consideran
que lo mejor para nosotros es estar en el montón, ser aceptados por la
sociedad. Pero no todos deseamos ser aceptados por el montón, algunos
preferimos ser aceptados por nosotros mismos. Mirarnos al espejo sabiendo que
lo que se muestra al mundo de nosotros, no es más que un reflejo de lo que
somos por dentro…
Volar es lo
mejor que podemos hacer. Ser expulsados de un mundo rutinario y sin metas, es
un logro. Dejar de caminar en un camino ancho, nadar contra la corriente, es
una razón para sentirnos orgullosos. Y como dijo Gandhi: “Cuando hay una
tormenta, los pájaros se esconden. Pero las águilas vuelan más alto”. No solo
las águilas, un par de gaviotas también.
¿Y yo? ¿Vuelo más alto?
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